Me invitaron aquí hace poco. Con lo que me gusta a mi el vino (nada), como vinoteca desde luego no me atraía demasiado, pero bueno, a lo mejor en la parte de comer podía encontrar algo interesante. Pues así fué. Había mucho vino, pero también una carta no muy amplia, pero sí variada, y en ella los mejores callos que he comido nunca. Así que al poco fui con la familia a que los probaran, además por primera vez para ellos. Siempre les había dado un poco de repelús, por la textura y el aspecto del callo. Pero insistí en que lo probaran.
Tienen fuera una terraza, pequeña pero donde se está muy a gusto, cuando el tiempo acompaña. Dentro en la zona de barra, unas mesas - barricas, y luego se accede a un amplio comedor, desde donde se disfruta de unas bonitas vistas. En su carta recuerdo embutidos, jamón, carnes variadas, algún arroz... Y eso si, una gran cantidad de botellas de vino van salpicando la estancia, que seguramente harían las delicias de cualquier enófilo, que ya digo no es mi caso.
La primera vez probamos un platito de queso, un rico salmorejo, un excelente ceviche que repetimos, los citados callos, que también repetimos, y luego dos chuletones con diferentes meses de maduración, que cada cual le daba el punto de cocción preferido en la planchita que te llevan a la mesa. Estaban buenos, pero, para ser sincero, mi paladar sigue sin encontrar ese punto de exquisitez que justifique el precio que se paga por un chuletón madurado. Es más, diría que, aunque costaran lo mismo, prefiero una buena chuleta de cerdo o ternera de las de toda la vida, a la brasa. Cada uno tiene sus gustos.
En esta ocasión, fuimos a por los callos, y tengo que decir que a mi familia le encantó el plato, su textura y, sobre todo, esa salsa en la que gastamos dos panes. Lo recomiendo mucho. Además, unas exquisitas croquetas de ibérico y de pescado, y unas rabas de calamar muy sabrosas y en su punto de fritura, acompañada de alioli de ajo negro. Evidentemente no bebimos vino, pero si unas 7 cañas, buenas y bien frías, y terminamos con unos cafés. Pasamos una buena tarde/noche en la tranquila terraza, aprovechando el buen tiempo, además un Domingo, día donde no se encuentra uno muchos sitios abiertos para cenar. Y la cuenta fué de unos 47€. Buen sitio.
Dirección: Carretera General del Norte, 82. EL SAUZAL