Andábamos por el Norte, un día festivo entre semana, de los muchos que hemos tenido en estas fechas pasadas. Quizá por ello, se nos estaba haciendo complicado encontrar un sitio para echarnos algo, ya que, unos estaban llenos (se ve que habíamos salido ese día muchos a celebrar lo que fuese), y otros cerraban habitualmente ese día, fuese festivo o no. Decidimos tomar rumbo a La Perdoma, valor seguro para encontrar algún sitio, ya que es una zona donde se concentra un gran número de restaurantes, bodegones y guachinches. Por allí había el mismo panorama, colas y sitios cerrados. Al hacer una maniobra para cambiar de sentido, me encontré con la entrada de este restaurante.
Lo había visto muchas veces, pero pensaba que la entrada era por la carretera general, y no, es por detrás. Es un restaurante con más de cuarenta años de historia, conocido por ser un gran salón donde celebrar bodas, bautizos, comuniones o cualquier otro evento. Vamos, el típico sitio al que yo evito ir. Había pocos coches en el aparcamiento, y como ya era, con mucho, hora de comer, decidimos entrar a mirar.
La entrada principal, que da acceso al salón de banquetes, inactivo ese día, estaba cerrada. En la parte alta, está la zona de bar, donde no entramos. Cruzando el pasillito, flanqueado por plantas varias, se entra en otro comedor, no muy grande, con mesas y decoración diferente, para darle aire de comedor independiente al salón, pese a estar en la misma estancia. Junto a él, como decía, el gran salón, con sus mesas redondas y sus aparejos listos para el festejo. Centrándonos en la parte del comedor que nos ocupa, se estaba bien allí. Contrastaba la imagen de esas pocas mesas ocupadas en el inmenso salón, pero de ese rincón, con cierto aire a Bodegón, me gustaba la tranquilidad que había, y los platos que vimos pasar por allí, con muy buena pinta, así que nos quedamos.
En su carta encontramos un amplio abanico de cositas buenas para picar. Aquí encontrarán la pizarra con el detalle. De ahí, destacar la ensalada canaria, con plátano y queso. Dentro, en la carta, encontrarán más, desde unos Macarrones, a un Pulpo guisado, Solomillo de atún a la plancha, o unos originales saquitos de Langostinos, o de Queso de cabra. Estos últimos los probamos nosotros. Crujientes y sabrosos, acompañados de ali oli y salsa de arándanos. Empezamos con un poco de pan con almogrote. Pedimos unos originales y ricos Chupetes de gambas al ajillo, acompañados de salsa rosa; Como casi siempre, cayeron unas garbanzas, estupendas, con pasas y aceitunas. Dimos cuenta además de unas buenas chistorras, y acabamos con un buen bistec de cerdo y un choco a la plancha. Todo estaba muy bueno, como también los postres que pedimos, un quesillo y una tarta de chocolate y galleta. De beber, una cuartita de vino, cuatro refrescos y agua. Con unos cafés, nos quedamos muy a gusto, por 49 euros justos. Una sorpresa agradable donde menos esperaba.
Lo había visto muchas veces, pero pensaba que la entrada era por la carretera general, y no, es por detrás. Es un restaurante con más de cuarenta años de historia, conocido por ser un gran salón donde celebrar bodas, bautizos, comuniones o cualquier otro evento. Vamos, el típico sitio al que yo evito ir. Había pocos coches en el aparcamiento, y como ya era, con mucho, hora de comer, decidimos entrar a mirar.
La entrada principal, que da acceso al salón de banquetes, inactivo ese día, estaba cerrada. En la parte alta, está la zona de bar, donde no entramos. Cruzando el pasillito, flanqueado por plantas varias, se entra en otro comedor, no muy grande, con mesas y decoración diferente, para darle aire de comedor independiente al salón, pese a estar en la misma estancia. Junto a él, como decía, el gran salón, con sus mesas redondas y sus aparejos listos para el festejo. Centrándonos en la parte del comedor que nos ocupa, se estaba bien allí. Contrastaba la imagen de esas pocas mesas ocupadas en el inmenso salón, pero de ese rincón, con cierto aire a Bodegón, me gustaba la tranquilidad que había, y los platos que vimos pasar por allí, con muy buena pinta, así que nos quedamos.
En su carta encontramos un amplio abanico de cositas buenas para picar. Aquí encontrarán la pizarra con el detalle. De ahí, destacar la ensalada canaria, con plátano y queso. Dentro, en la carta, encontrarán más, desde unos Macarrones, a un Pulpo guisado, Solomillo de atún a la plancha, o unos originales saquitos de Langostinos, o de Queso de cabra. Estos últimos los probamos nosotros. Crujientes y sabrosos, acompañados de ali oli y salsa de arándanos. Empezamos con un poco de pan con almogrote. Pedimos unos originales y ricos Chupetes de gambas al ajillo, acompañados de salsa rosa; Como casi siempre, cayeron unas garbanzas, estupendas, con pasas y aceitunas. Dimos cuenta además de unas buenas chistorras, y acabamos con un buen bistec de cerdo y un choco a la plancha. Todo estaba muy bueno, como también los postres que pedimos, un quesillo y una tarta de chocolate y galleta. De beber, una cuartita de vino, cuatro refrescos y agua. Con unos cafés, nos quedamos muy a gusto, por 49 euros justos. Una sorpresa agradable donde menos esperaba.
Dirección: Carretera General KM. 3. La Perdoma (LA OROTAVA)
Teléfonos: 922-308 509 / 922-308 016
Hace muchos años que no piso por aqui, me alegra saber de su buen hacer, asi que lo apuntamos en la pagina de pendientes de visitar...gracias por la información
ResponderEliminarHemos pasado de visita por esta WebBlog y queremos dejar constancia de esta visita, felicitando nuevamente al autor de los contenidos de "De Picoteo por Tenerife".
ResponderEliminarSeguro que este nuevo año, seguiremos disfrutando de "sus andares picoteando por Tenerife".
Nuestros mejores deseos para su autor y tod@s l@s seguidores de este blog.
Fui a este sitio con una oferta de Grupon. Nunca me habían tratado tan mal en un restaurante, nos trataron a mi a mi familia fatal, no nos pusieron servilletas jaja y el tipo se secaba el sudor de la frente con la mano. Nos tiro la carta sobre la mesa sin hablarnos ni siquiera, no nos retiraban los platos sucios para traer lo siguiente, no nos atendían y cuando les llamábamos nos miraban con mala cara. La carne como zapatilla, entrantes escasos y patatas congeladas y chorreando aceite. No volvería ni gratis.
ResponderEliminar