Por una vez, y quizá sirva de precedente, no les voy a hablar de un sitio para ir a comer. Les traigo hoy un lugar espléndido, que acaba de abrir sus puertas, donde ir después de comer, a tomarse un postrecito casero, o un café, o una copita. Aunque también se puede ir a comer, ya que tiene restaurante, y con muy buena pinta. Pero como no he probado su cocina todavía, no puedo opinar. No obstante, me pareció un sitio tan encantador, además de admirar que alguien se arriesgue a aventurarse en una empresa de esta envergadura en los tiempos que corren, que quiero resaltarlo aquí, y ayudar a darlo a conocer un poco más desde este pequeño rincón. Y, por qué no decirlo, porque nos trataron muy bien
El pasado sábado estaba por ese Norte, viendo un sitio para ir al día siguiente con unos amigos, y de vuelta bajamos por El Sauzal, que anda de fiestas y con Ruta de la Tapa. A esa hora no había actividad, pero estaban las calles cortadas al tráfico, y los desvíos nos llevaron cerca de este sitio. Entramos a ver que tal estaba y tomar café, sin saber que acababan de abrir.
¡Que vistas!. ¡Que tranquilidad se respira!. Hacía un día espléndido, sin la calima que tenemos estos días, y observando la postal del mar en calma, de la panorámica de toda la costa Norte, coronada con el Teide de fondo, desde esa terraza, en medio de unos inmensos jardines, y con el acompañamiento de la suave música que llegaba desde la barra, se quedaba uno embelesado.
Una vez admirado el entorno, recorrimos las instalaciones. Debajo de la terraza, en otra planta, cerca de la piscina, se encuentra el restaurante. También en una de las casas de estilo canario que rodean la terraza se adivinaban unas mesas. No sé si será otro comedor. No me fijé en más detalles, ya que lo que me enamoró fué la terraza. Allí nos sentamos a pedir unos cafés, y un helado para mi hijo. Helado al que tuvieron el detalle de invitarnos.
Fuimos al día siguiente con los amigos, después de comer. También se quedaron encantados con el sitio. Pedimos unos cafés, unos helados, tarta de queso, tarta de tres leches, y un refresco. A pesar de que no había demasiada gente, algunos detalles de descoordinación delataban todavía el incipiente rodaje. Detalles sin importancia para nosotros, pero si para ellos, y ahí es donde se notan las ganas de hacerlo bien y de agradar.
Como consideraron que habían tardado mucho en servirnos (a mí no me pareció tanto, relajado como estaba), al pedir la cuenta nos ofrecieron como desagravio invitarnos a otro postre. Nos pareció demasiado (éramos siete), y aceptamos probar una panacota de vainilla y una espuma de fruta de la pasión con algo más que no recuerdo, y que estaba muy rico. Un detalle a valorar, y por eso lo recomiendo aquí, deseándoles suerte y que no pierdan las ganas ni las mañas. No tenía pensado publicarlo, y no saqué fotos de los postres. Gracias a Patri Álvarez, amiga del Facebook que también ha estado por allí, por facilitarme la foto del plato. ¡Cómo estaría esa tarta!.
Y hoy ¡¡A POR PORTUGAL!!.