Hace tiempo que no me dejaba caer por el Sur. Con estos calores, para ir a comer apetece más refrescar la vista con el verde del Norte, y buscar temperaturas algo más suaves. En esta ocasión, en que estábamos pasando unos días por el Sur, fuimos a buscar sitio. En principio queríamos ir a Santiago del Teide, por la cosita esa de que es el único municipio que no sale aún en el blog. Pero luego se nos fue yendo la hora, y acabamos aquí, que es un restaurante bastante conocido y reconocido por la zona.
A menudo me comentan que en el Sur no se come bien ni barato, y que la mayoría de los sitios están orientados sólo al turismo. Siempre digo que hay que desterrar esa idea, y que las cosas han cambiado. Hay muchos restaurantes buenos por ese Sur, y yo he estado en unos cuantos. Y tengo que decir que éste no es uno de ellos. Y me sorprendió, porque con la fama que le precede y el tiempo que lleva, no esperaba esa decepción final, y por las dos cosas de las que se me queja la gente: La comida y el precio. Y tampoco el servicio fue para tirar cohetes. Tiene cosas buenas, pero hasta eso, dentro del desencanto general, pierde atractivo, así que se los cuento como lo vi.
El restaurante está en una zona privilegiada, en lo alto de Adeje, sobre el barranco del infierno. Dispone de aparcamiento propio, aunque también en las cercanías se aparca bien, pero entonces, la pechadita de pendiente se nota. Además de dos grandes comedores interiores, dispone de otro en una amplia terraza junto al Barranco del Infierno. Estaba llena, y teníamos que esperar una media hora si queríamos comer allí, así que nos sentamos dentro. También había bastante gente, y era un pelín ruidoso el ambiente. Pero se podía estar. .
La carta, no muy amplia, ofrece varias ensaladas, huevos, tortillas, y carnes. Sobre todo el pollo al ajillo, por lo que son famosos. Que tendrá Adeje con los pollos. Igual en quinientos metros a la redonda se consumen mas pollos que en toda la zona Sur. Asados, con mojo, al ajillo.... para todos los gustos. Pulsando aquí tienen el detalle de la carta. Verán que los precios, aparentemente, están dentro de la media.
A menudo me comentan que en el Sur no se come bien ni barato, y que la mayoría de los sitios están orientados sólo al turismo. Siempre digo que hay que desterrar esa idea, y que las cosas han cambiado. Hay muchos restaurantes buenos por ese Sur, y yo he estado en unos cuantos. Y tengo que decir que éste no es uno de ellos. Y me sorprendió, porque con la fama que le precede y el tiempo que lleva, no esperaba esa decepción final, y por las dos cosas de las que se me queja la gente: La comida y el precio. Y tampoco el servicio fue para tirar cohetes. Tiene cosas buenas, pero hasta eso, dentro del desencanto general, pierde atractivo, así que se los cuento como lo vi.
El restaurante está en una zona privilegiada, en lo alto de Adeje, sobre el barranco del infierno. Dispone de aparcamiento propio, aunque también en las cercanías se aparca bien, pero entonces, la pechadita de pendiente se nota. Además de dos grandes comedores interiores, dispone de otro en una amplia terraza junto al Barranco del Infierno. Estaba llena, y teníamos que esperar una media hora si queríamos comer allí, así que nos sentamos dentro. También había bastante gente, y era un pelín ruidoso el ambiente. Pero se podía estar. .
La carta, no muy amplia, ofrece varias ensaladas, huevos, tortillas, y carnes. Sobre todo el pollo al ajillo, por lo que son famosos. Que tendrá Adeje con los pollos. Igual en quinientos metros a la redonda se consumen mas pollos que en toda la zona Sur. Asados, con mojo, al ajillo.... para todos los gustos. Pulsando aquí tienen el detalle de la carta. Verán que los precios, aparentemente, están dentro de la media.
Pedimos una ensalada de pollo. Tenía su tomate, su lechuga, su zanahoria, su maíz y su pollo. Pero no tenía gracia. Resultaba insulsa, los ingredientes parecían "lanzados" al plato de cualquier manera, rematados con un chorrito de salsa, y a la mesa. Perdonen las comparaciones, que dicen que son odiosas, pero va a haber un par de ellas hoy. No muy lejos de allí, y con menos ingredientes, preparan unas ensaladas para chuparse los dedos. Pedimos también conejo en salmorejo. Estaba bueno, pero no merecía los casi nueve euros (casi diez con las papas) que piden por ese trozo de conejo servido en esa cazuelita. Pedimos el famoso pollo frito, para tres. Nos pareció un plato ridículo para tres personas, pero luego en la factura vi que nos lo habían puesto para dos. El pollo no me pareció gran cosa, para la fama que tienen. Un buen pollo frito, sin más. No se notaba el ajillo, pero estaba bien fritito. Segunda comparación. Muy cerquita de allí, por lo menos en dos sitios, he probado, como muchos de ustedes, los famosos pollos con mojo de Adeje, espectaculares.
A todo esto, habíamos pedido primero que nada unos spaghetti para el pequeño, que quería algo más ligero. Nunca llegaron. Mientras esperaba por el plato, estuvo picando de lo nuestro, y perdió el hambre, así que ya ni quisimos reclamarlo. Uno comprende que el camarero se pueda despistar y no anotarlo en el pedido. Lo que ya no es tan comprensible es que, habiéndolo apuntado, en la cocina no se den cuenta de que no se ha servido en la mesa. Lo digo porque al final, nos lo cobraron, y tuvieron que hacer la devolución. Tenían jaleo, pero supongo que estarán acostumbrados, ya que es un sitio muy visitado, y tienen bastante personal. Pero ese día no fué muy bueno el servicio. De postre pedimos quesillo y un helado. Para beber, una cuarta de vino, cuatro refrescos y agua. Vale los dos euros del refresco de 300 ml., pero a mi me parece excesivo pedir 2 euros por una botella de agua. Cae peor éso que lo del conejo. Salí con la sensación de que nos habían clavado, aunque viendo la factura final, unos cuarenta y siete euros, no lo parezca. Seguramente el cúmulo de cosas dió pie a esa sensación. Lo cierto es que esperaba más del sitio.
A todo esto, habíamos pedido primero que nada unos spaghetti para el pequeño, que quería algo más ligero. Nunca llegaron. Mientras esperaba por el plato, estuvo picando de lo nuestro, y perdió el hambre, así que ya ni quisimos reclamarlo. Uno comprende que el camarero se pueda despistar y no anotarlo en el pedido. Lo que ya no es tan comprensible es que, habiéndolo apuntado, en la cocina no se den cuenta de que no se ha servido en la mesa. Lo digo porque al final, nos lo cobraron, y tuvieron que hacer la devolución. Tenían jaleo, pero supongo que estarán acostumbrados, ya que es un sitio muy visitado, y tienen bastante personal. Pero ese día no fué muy bueno el servicio. De postre pedimos quesillo y un helado. Para beber, una cuarta de vino, cuatro refrescos y agua. Vale los dos euros del refresco de 300 ml., pero a mi me parece excesivo pedir 2 euros por una botella de agua. Cae peor éso que lo del conejo. Salí con la sensación de que nos habían clavado, aunque viendo la factura final, unos cuarenta y siete euros, no lo parezca. Seguramente el cúmulo de cosas dió pie a esa sensación. Lo cierto es que esperaba más del sitio.
Dirección: calle los Molinos 44. Barranco del Infierno
ADEJE. Teléfono: 922-780 374
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