En ésta semana en la que se ha hablado tanto de rescates, primas de riesgo y crisis económica, me alegra poner aquí un sitio donde parece que no la notan. Estaba ése día de bote en bote, con gente esperando para comer, y parece ser que es habitual, por lo menos los fines de semana, a pesar de estar (o a lo mejor precisamente por éso) en un sitio que se antoja, como primera impresión, tan remoto como es el municipio de El Tanque. Siempre digo que aquí hay que relativizar las distancias. A veces le comento a algún amigo que voy a comer a Guía de Isora, o a darme un chapuzón en la piscina de Los Silos, y tuercen el gesto como diciendo "fuerte pechada de kilómetros" (si no lo he dicho ya, vivo en Santa Cruz centro). Y, por contra, tengo amigos peninsulares a los que les costó en un principio adaptarse a vivir en la isla ( que llamaban, no muy cariñosamente, "La Piedra"), porque era muy pequeña, y se sentían agobiados, acostumbrados como estaban a cambiar de provincia en coche casi cada fin de semana. Todo es cuestión de gustos y de acostumbrarse. A mi me encanta, a veces, coger el coche y recorrer sitios, sin rumbo fijo, a ver qué nos encontramos.
Éste fué el caso, aunque ésta vez el restaurante no estaba muy escondido. Es el primero que se encuentra uno cuando enfila la recta de entrada al municipio, una vez pasado el mirador de San Juan del Reparo, en Garachico. Allí, entre monte y árboles, una casa en una situación privilegiada (como se aprecia en la foto aérea que hay en su comedor) alberga el restaurante, con una amplia zona de aparcamientos, ideal para que las guaguas de turistas hagan una parada. Ése día no era el caso, todo eran coches, y estaba completo, incluso había coches aparcados en una zona entre árboles junto al arcén. Al entrar se accede al comedor que hay junto a la barra, y cruzando la puerta de éste, al otro comedor interior, desde donde se disfruta de las vistas a traves de los ventanales.
Como digo, a la hora que llegamos estaba bastante lleno, y se completó en poco tiempo. Sin embargo, no se hacía notar el ruido, se estaba agradable, y el servicio era relativamente rápido, aunque fue yendo a menos con el transurrir de la tarde, estaban algo desbordados. Pero en general estuvo bien. En cuanto a la carta, como se puede leer en ella, "comidas variadas". Tienen bastante donde elegir, desde Sopas, Potajes o Puchero, podemos picar unas Garbanzas, Croquetas, Escaldón, Albóndigas o Paella. A la brasa tienen Cerdo, Ternera o Pollo. Además, Conejo en salmorejo, Carne de cabra o Higado de Pollo. El que no quiera carne puede elegir Calamares a la romana, Chocos, Sama, Cherne o Bacalao en escabeche. Incluso platos menos habituales como Arroz a la cubana, Macarrones, Pabellón o Tequeños. Como ven, mucho y variado, y no he puesto todo.
Entre otras cosas que no he puesto, está lo que pedimos nosotros: Empezamos con la que está siendo ya clásica Ensaladilla, casera y muy buena; Un platito de Fabada estupendo, muy sabroso; Unas chistorritas a la brasa con papas fritas; La Carne con papas estaba para chuparse los dedos, buena la salsa y muy tierna la carne; También cayó un Bistec de cerdo muy rico, y acabamos con unos Chocos asados, buenos, pero ya nos cogió algo llenos y no lo disfrutamos como es debido. Muy buena la comida, y muy buena pinta en los platos que vimos pasar por nuestro lado. De postre pedimos quesillo, y unos helados. También tenían tartas variadas, y postres de Doña Laura. De beber, una cuarta de vino y unos 6 refrescos. Terminamos con unos cafés, y pagamos exactamente 36,90€. Por éso se llena. Es un sitio para volver. Y olvídense de las distancias.
Dirección: Carretera General (Avda. Príncipes de España), 2.
EL TANQUE. Teléfono: 922-136 502
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