Sin querer, casi me ha quedado un verano dedicado a un monográfico "De picoteo por La Orotava-Los Realejos". Es más, entre lo ya publicado y lo que me queda por publicar, tenía material suficiente para haberlo hecho, si se me hubiera ocurrido. La verdad es que era coger el coche, y ya por inercia, acabábamos por la zona. La Orotava siempre ha sido muy socorrida, es muy fácil encontrar sitios donde comer bien y a buen precio. Los Realejos, en cambio, no la teníamos tan recorrida, y la verdad es que hemos descubierto sitios muy buenos, y hemos tomado nota de otros para ir en un futuro. En el caso de hoy, no sé por qué razón acabamos pasando por esta calle, y al ver el nombre de la tasca en la fachada, recordé que un lector del blog, hace tiempo, me lo había recomendado. Así que paramos a ver.
Por lo que me comentaba el lector, y las referencias que ví en su día me la esperaba mayor. Cruzando el arco de la entrada, y la zona de barra, nos encontramos con un comedor no muy grande, acogedor, con muy poca luz, decorado estilo rústico, y donde era difícil encontrar un centímetro cuadrado de pared libre de algún elemento de decoración: plantas, utensilios de labranza, botellas.... así como barriles y otros útiles, repartidos por el suelo. Un comedor bien recargadito, pero sin chirriar. También dispone de unas cuantas mesas y barricas habilitadas como tales en la terraza, a la entrada de la tasca.
En su carta ofrecen un amplio abanico donde elegir, un poco de todo: bastantes entrantes, Sopas o potajes, ensaladas, también una buena variedad en carnes, así como pescado y productos de mar. Aquí pueden ver el detalle de la carta, y también sus precios, que como verán están en la media. Se puede echar uno un buen picoteo por un precio razonable. También tienen una gran selección de vinos de diferentes denominaciones, además de los de la casa, que en la carta ponen que son de cosecha propia. Nosotros esta vez nos decidimos por un blanco de la casa, que estaba buenísimo, bajaba como nada, sólo o con seven up. Nosotros normalmente con una cuarta vamos servidos, no bebemos mucho. Esta vez cayeron tres cuartas, y debo decir que salimos un poco "alegres", teniendo que dar un paseíto un rato, antes de subir al coche, para despejarnos un poco.
Vamos con el picoteo. Comenzamos con unas Garbanzas, muy ricas, y servidas en una original cazuelita. Seguimos con unos estupendos montaditos, bien, bien cargaditos. Aquello eran montaditos sobre montaditos. Que yo recuerde, sobre el pan llevaba un poco de salsa, un trozo de tomate, chorizo, jamón serrano, aguacate, queso, guayabo y tortilla española. Pedazo de montadito sabroso. Pedimos un plato de calamares a la andaluza, que no estaban ni buenos ni malos. Estaban sencillamente impresentables. Ese plato no debe salir así de la cocina. Era un amasijo con algunos aros sin rebozar, y los que lo estaban parecían pasados solo por huevo, o llevaban poca harina... no sé, pero la pinta era lamentable. Y además, no sabían a nada. Ahí los dejamos, y aún me pregunto porqué no los devolvimos. Quizá como lo estábamos pasando bien (y ya llevábamos un litrito de vino), no quisimos estropear el momento con una escena desagradable. Por lo menos, no fué un plato caro, 4,50 euros, aunque no valía ni eso. Después de ese patinazo, subió de nuevo el nivel un Bacalao encebollado muy bueno, el pescado y la salsa, con sus papitas guisadas. Y terminamos con un flan de café, que no estaba muy allá. De beber, además del comentado vino blanco, pedimos siete refrescos y una botella de agua. Rematamos con dos cafés, y pagamos unos 42 euros. Le vamos a dar buena nota en general, pero, por favor, esos calamares no los sirvan así "¡más nunca!".
Por lo que me comentaba el lector, y las referencias que ví en su día me la esperaba mayor. Cruzando el arco de la entrada, y la zona de barra, nos encontramos con un comedor no muy grande, acogedor, con muy poca luz, decorado estilo rústico, y donde era difícil encontrar un centímetro cuadrado de pared libre de algún elemento de decoración: plantas, utensilios de labranza, botellas.... así como barriles y otros útiles, repartidos por el suelo. Un comedor bien recargadito, pero sin chirriar. También dispone de unas cuantas mesas y barricas habilitadas como tales en la terraza, a la entrada de la tasca.
En su carta ofrecen un amplio abanico donde elegir, un poco de todo: bastantes entrantes, Sopas o potajes, ensaladas, también una buena variedad en carnes, así como pescado y productos de mar. Aquí pueden ver el detalle de la carta, y también sus precios, que como verán están en la media. Se puede echar uno un buen picoteo por un precio razonable. También tienen una gran selección de vinos de diferentes denominaciones, además de los de la casa, que en la carta ponen que son de cosecha propia. Nosotros esta vez nos decidimos por un blanco de la casa, que estaba buenísimo, bajaba como nada, sólo o con seven up. Nosotros normalmente con una cuarta vamos servidos, no bebemos mucho. Esta vez cayeron tres cuartas, y debo decir que salimos un poco "alegres", teniendo que dar un paseíto un rato, antes de subir al coche, para despejarnos un poco.
Vamos con el picoteo. Comenzamos con unas Garbanzas, muy ricas, y servidas en una original cazuelita. Seguimos con unos estupendos montaditos, bien, bien cargaditos. Aquello eran montaditos sobre montaditos. Que yo recuerde, sobre el pan llevaba un poco de salsa, un trozo de tomate, chorizo, jamón serrano, aguacate, queso, guayabo y tortilla española. Pedazo de montadito sabroso. Pedimos un plato de calamares a la andaluza, que no estaban ni buenos ni malos. Estaban sencillamente impresentables. Ese plato no debe salir así de la cocina. Era un amasijo con algunos aros sin rebozar, y los que lo estaban parecían pasados solo por huevo, o llevaban poca harina... no sé, pero la pinta era lamentable. Y además, no sabían a nada. Ahí los dejamos, y aún me pregunto porqué no los devolvimos. Quizá como lo estábamos pasando bien (y ya llevábamos un litrito de vino), no quisimos estropear el momento con una escena desagradable. Por lo menos, no fué un plato caro, 4,50 euros, aunque no valía ni eso. Después de ese patinazo, subió de nuevo el nivel un Bacalao encebollado muy bueno, el pescado y la salsa, con sus papitas guisadas. Y terminamos con un flan de café, que no estaba muy allá. De beber, además del comentado vino blanco, pedimos siete refrescos y una botella de agua. Rematamos con dos cafés, y pagamos unos 42 euros. Le vamos a dar buena nota en general, pero, por favor, esos calamares no los sirvan así "¡más nunca!".
Dirección: Calle El Mocán, 41. LOS REALEJOS
Teléfono: 677-068 027
Un saludo, déjame volver a felicitarte por este magnifico blog, soy asiduo seguidor de este blog y eso que no soy de ir muy a menudo a restaurantes.
ResponderEliminarHace tiempo que te sugerí esta Tasca que a su vez un compañero de trabajo me la recomendó y la encontré acogedora y el trato de Chano y la cocinera fue como en casa, el día que vuelva a visitarla le aconsejare que lea este blog ya que es una persona que le gusta ir mejorando los menú aunque como siempre a veces es según el cocinero que se tenga en el momento.
Leyendo este blog observo que los menús casi siempre se repiten aunque por un precio módico pienso que no se puede pedir otro tipo de cocina, por que ya que uno sale a comer fuera nos gusta probar nuevos paladares y aromas.
También me gustaría que algún diario o TV local pidiera tu colaboración ya que la línea de tus comentarios sobre el diferente restaurante es muy acertada.
Atentamente CanarioTF