San Diego

Repasando los sitios publicados aquí, en la, vamos a llamarla, anterior etapa de este blog, y hablo de unos doscientos, mas del sesenta por ciento, que yo tenga conocimiento, ya no existen, habiendo cerrado por diferentes motivos, pero supongo que primaría el económico. Por eso es bueno ver que sitios donde uno ha ido hace mucho tiempo, como es éste caso, siguen aún funcionando. Ya llevaba años abierto cuando fuimos, allá por el 2012, y ahí sigue, y a pleno rendimiento, como pude comprobar, ya que se fue llenando hasta el punto de no poder sentar a algunos clientes. 

Poco ha cambiado en su fisonomía. Casi copio el comentario de mi anterior visita. Tiene varios comedores. Uno pequeño en la zona de la barra,  y  dos comedores más en diferentes plantas. Decorado estilo rústico, con mucha madera, laja vista en las paredes y techo cubierto con cañizo. Amplios comedores, desde alguno de los cuales se puede disfrutar de las vistas de la zona

Si ha variado un poco su oferta gastronómica. De los 85 platos, una barbaridad, que habían en su carta, han pasado a unos 47, que sigue siendo una cantidad considerable. Si bien luego en la que nos mostró el camarero había bastantes menos, seguía habiendo mucho donde elegir, ya que abarca todo: picoteo, carne, pescado, mariscos, arroces..., y, como la otra vez, todos los platos que vi pasar tenían muy buena pinta.

Pedimos un escaldón, con una textura un poco más liquida de lo acostumbrado, y con un sabor demasiado intenso a pescado, para mi gusto, pero a medida que iba probando cucharadas, se ve que mi paladar se acostumbró al sabor, y acabó pareciéndome muy rico. Rico como estaba el queso camembert  asado, con mermelada de piña y nueces caramelizadas, muy sabroso. Por supuesto los Calamares, plato que nos gustó mucho la anterior ocasión, y también probamos unos sabrosos huevos rotos con chistorra. 

Terminamos con un enorme postre de tres chocolates, y ahí no puedo calificarlo, no soy muy chocolatero, pero al resto les gustó.  Lo que si me encantó, y quiero resaltar, es el pan. ¡Que bueno está!. A la brasa de leña de eucalipto, y acompañan con una mantequilla aromatizada. Repetimos un par de veces, lo recomiendo mucho. Para beber, unas cuantas cañas, unos refrescos y agua, y salió todo por poco más de 65€. Que sigan así de bien. 

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