viernes, 22 de julio de 2011

Gre & Ve


Está en la Victoria, en la parte alta, pero por la sensación al entrar lo podríamos situar a la orilla de cualquier playa, por el olor a pescado y el ambiente marinero que desprende el local. Estábamos por la zona buscando algún sitio nuevo, y a poder ser, que tuvieran potas en salsa, que nos apetecía. Paramos aquí, y vimos en la pìzarra que ése día las tenían.

No debe llevar mucho tiempo abierto. En la imagen de Google Maps que les enlazo, no aparece el letrero. El restaurante, como comentaba, rezuma ambiente pesquero. Situado en los bajos de una casa, con decoración sencilla, donde podemos apreciar, entre otros motivos que adornan las paredes, un guiño a nuestro depauperado Tete. Al entrar podemos ver como se afana el personal en la cocina, flanqueada por los expositores donde se muestra el pescado disponible, para que el cliente elija el que prefiera. Fuera tienen un pequeño balconcito con una mesita y sillas plásticas con una sombrilla, donde se estaría muy a gusto con una cervecita y unas lapas viendo el paisaje, si hiciera un verano normal, y no el que tenemos, que parece que estamos en Febrero.

La carta es básicamente el pescado, y lo acompañan de unos pocos platos que van variando. Ése día la pizarra anunciaba Sopa de pescado, Ensalada, Escaldón, Croquetas (de pescado, por supuesto), Lapas, Potas en salsa, y también Fabada.

La Fabada está muy buena, muy sabrosa. Pedimos también, como no, unas potas en salsa con papas arrugadas. Estaban tiernas y bien de sabor, aunque la salsa no estaba lo espesa que a mi me gusta. Probamos también las Croquetas, muy ricas y caseras, como también estaba rico el Escaldón. Para terminar pedimos un poco de pescado frito (en nuestro caso, viejas y cabrillas). Tengo que decir que yo soy más de carne y de platos de cuchara que de pescado, y cuando lo pido lo como frito, no me gusta guisado. Por ésa razón no entro a valorar el grado de frescura del pescado, porque no soy capaz de distinguirlo, salvo que ya esté en fase de putrefacción evidente. A mi me gustaron, estaban buenos. Para el que entienda de éso, aquí les dejo la foto del género para que le vean los ojitos (hagan click sobre ella) .Yo me guío en éstos casos por la gente que me rodea. Cuando veo a gente mayor, aparentemente de la zona, dando buena cuenta del pescado, tiene que estar bueno.

De postre pedimos uno de galleta, muy bueno, y unos helados. Para beber, una cuarta de vino, unos seis refrescos y agua. Café no tienen. Aunque las raciones no son muy grandes, pero suficientes, y teniendo en cuenta que hay pescado en la factura, creo que menos de 45€ por lo que comimos es un buen precio.


Dirección: C/ Domingo Salazar 62A. LA VICTORIA DE ACENTEJO.
Teléfono 922-582 282

viernes, 15 de julio de 2011

Monteverde

En ésta semana en la que se ha hablado tanto de rescates, primas de riesgo y crisis económica, me alegra poner aquí un sitio donde parece que no la notan. Estaba ése día de bote en bote, con gente esperando para comer, y parece ser que es habitual, por lo menos los fines de semana, a pesar de estar (o a lo mejor precisamente por éso) en un sitio que se antoja, como primera impresión, tan remoto como es el municipio de El Tanque. Siempre digo que aquí hay que relativizar las distancias. A veces le comento a algún amigo que voy a comer a Guía de Isora, o a darme un chapuzón en la piscina de Los Silos, y tuercen el gesto como diciendo "fuerte pechada de kilómetros" (si no lo he dicho ya, vivo en Santa Cruz centro). Y, por contra, tengo amigos peninsulares a los que les costó en un principio adaptarse a vivir en la isla ( que llamaban, no muy cariñosamente, "La Piedra"), porque era muy pequeña, y se sentían agobiados, acostumbrados como estaban a cambiar de provincia en coche casi cada fin de semana. Todo es cuestión de gustos y de acostumbrarse. A mi me encanta, a veces, coger el coche y recorrer sitios, sin rumbo fijo, a ver qué nos encontramos.

Éste fué el caso, aunque ésta vez el restaurante no estaba muy escondido. Es el primero que se encuentra uno cuando enfila la recta de entrada al municipio, una vez pasado el mirador de San Juan del Reparo, en Garachico. Allí, entre monte y árboles, una casa en una situación privilegiada (como se aprecia en la foto aérea que hay en su comedor) alberga el restaurante, con una amplia zona de aparcamientos, ideal para que las guaguas de turistas hagan una parada. Ése día no era el caso, todo eran coches, y estaba completo, incluso había coches aparcados en una zona entre árboles junto al arcén. Al entrar se accede al comedor que hay junto a la barra, y cruzando la puerta de éste, al otro comedor interior, desde donde se disfruta de las vistas a traves de los ventanales.

Como digo, a la hora que llegamos estaba bastante lleno, y se completó en poco tiempo. Sin embargo, no se hacía notar el ruido, se estaba agradable, y el servicio era relativamente rápido, aunque fue yendo a menos con el transurrir de la tarde, estaban algo desbordados. Pero en general estuvo bien. En cuanto a la carta, como se puede leer en ella, "comidas variadas". Tienen bastante donde elegir, desde Sopas, Potajes o Puchero, podemos picar unas Garbanzas, Croquetas, Escaldón, Albóndigas o Paella. A la brasa tienen Cerdo, Ternera o Pollo. Además, Conejo en salmorejo, Carne de cabra o Higado de Pollo. El que no quiera carne puede elegir Calamares a la romana, Chocos, Sama, Cherne o Bacalao en escabeche. Incluso platos menos habituales como Arroz a la cubana, Macarrones, Pabellón o Tequeños. Como ven, mucho y variado, y no he puesto todo.

Entre otras cosas que no he puesto, está lo que pedimos nosotros: Empezamos con la que está siendo ya clásica Ensaladilla, casera y muy buena; Un platito de Fabada estupendo, muy sabroso; Unas chistorritas a la brasa con papas fritas; La Carne con papas estaba para chuparse los dedos, buena la salsa y muy tierna la carne; También cayó un Bistec de cerdo muy rico, y acabamos con unos Chocos asados, buenos, pero ya nos cogió algo llenos y no lo disfrutamos como es debido. Muy buena la comida, y muy buena pinta en los platos que vimos pasar por nuestro lado. De postre pedimos quesillo, y unos helados. También tenían tartas variadas, y postres de Doña Laura. De beber, una cuarta de vino y unos 6 refrescos. Terminamos con unos cafés, y pagamos exactamente 36,90€. Por éso se llena. Es un sitio para volver. Y olvídense de las distancias.
Dirección: Carretera General (Avda. Príncipes de España), 2.
EL TANQUE. Teléfono: 922-136 502

viernes, 8 de julio de 2011

Caney


Lo que descubre uno por ahí. He pasado "cienes" de veces por ésta carretera, en cualquiera de los dos sentidos, pero casi nunca abandono la principal, salvo que vaya a un sitio concreto. En ésta ocasión, ibamos en dirección a Icod sin rumbo fijo, y, llegando a la zona del Buen Paso, recordé un sitio al que quería ir, y aproveché la pequeña entrada que hay en éste punto de la carretera para hacer un cambio de sentido. Al entrar en la calle lo ví, justo detrás del conocido Bar Stop, que es el que se ve desde la carretera general ( y en el enlace de Google Maps que les he puesto, ya que no llega hasta allí. Está justo detrás). Paramos a ver que tal era, y al leer los platos de la carta, nos gustó, y entramos a probar.

Luego leo que es un restaurante familiar que lleva mas de cuarenta años abierto, que ha pasado de generación en generación, y que sus pollos son famosos, que los asan con carbón vegetal. El sitio tiene el aspecto del típico restaurante de comida casera, de decoración sencilla, y donde uno tiene la sensación de que va a comer bien. Fue entrando bastante gente al amplio comedor, que se separa de la barra por unos biombos de madera.

En su carta aparecen platos caseros como el Rancho Canario, Sopa de pollo o Pescado, y Potaje de verduras, además de ensalada. Entrando ya en lo contundente, tienen, entre otras cosas, Chuleta o Bistec de cerdo, Escalope de cerdo o res, Cherne a la plancha, Higados de pollo, Pollo al ajillo e incluso Pabellón criollo. También podemos pedir algo más ligero como Queso blanco, salchichas o tortilla.

Nosotros pedimos unas Garbanzas, que estaban muy ricas; Un platito de Croquetas caseras, también muy buenas; Lo que nos encantó fue la Carne con papas. ¡Que sabrosas!. Pedimos media, pero tuvimos que repetirla, nos supo a poco. Los Chocos asados estaban bien, aunque los he probado mejores, y, aunque el pollo asado no es un plato que me atraiga especialmente para pedir en los restaurantes ( no sé muy bien por qué), en éste caso, por la fama que dicen tener, y por la buena pinta que tenían los platos que vi pasar, pedimos medio. La verdad es que estaba muy bueno, con muy buen sabor. No sé si la fama justifica el precio de 6,70€ por medio pollo. No es desmerecer al plato, digo literalmente que no lo sé, porque desconozco, por lo que he explicado antes, como se cotiza por los restaurantes el pollo asado. Mi experiencia más reciente, que no es comparable, es en el "Rincón Brasileño" donde tienen desde hace bastante tiempo una oferta anticrisis de medio pollo a 1,95 euros. Dicho lo cual, recalco que el pollo estaba muy bueno, y fué el único precio que me llamó la atención. El resto de lo que comimos, en general, también estaba bueno, con mención especial a la carne con papas, y a unos precios normales. De postre, pedimos uno casero de galleta, que también repetimos porque estaba rico, y dos cafés. Para beber, la cuartita de vino de rigor, con cuatro o cinco refrescos y agua. La cuenta fué de poco más de 43 euros. Un buen sitio que encontramos por casualidad, y que recomendamos.

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Dirección: Carretera General Buen Paso. ICOD DE LOS VINOS. Teléfono: 922-810 281

viernes, 1 de julio de 2011

Tasca Restaurante El Valle


Que la crisis está afectando duramente a los restaurantes no es ningún descubrimiento. Que algunos restaurantes estén haciendo encaje de bolillos para adaptarse a la situación, y tratar de mantenerse a flote mientras dure la mala racha, es encomiable. Otra cosa es si las decisiones que se toman son las adecuadas o no. Eso lo dirá el tiempo. Unos reducen el número de platos de la carta, y se especializan, y otros, con idea de abarcar lo máximo posible, hacen todo lo contrario: Convierten la cocina en un cajón de sastre donde cabe todo: desde lenguado a la Meuniére o Stroganoff, pasando por potaje o carne de cabra, hasta pizzas, arepas o pollo para llevar. Particularmente, soy más partidario del primer grupo. En el segundo, si lo haces bien, vale. Si no, es hasta contraproducente. Y creo que mantener una carta tan amplia en condiciones, cuando no hay mucha afluencia de gente, es complicado. Me viene ésta reflexión a la cabeza a cuento del restaurante del que les voy a hablar hoy. ¿Le habrá pasado algo de ésto?.

Yendo por la zona de Santa Úrsula, por la Cuesta de la Villa, se encuentra uno un buen número de restaurantes en un pequeño trecho, y ya nos vamos acostumbrando a que formen parte del paisaje las pizarras a pie de arcén para llamar la atención de los clientes, con las ofertas del día, o con leyendas del tipo "¡Coma aquí a precios de Guachinche!". Después de varias vueltas, me fijé en que algo había cambiado en éste restaurante: Vi un letrero distinto al que yo recordaba, y pensé que lo habrían reformado. Paramos a ver que tal.

En la entrada, un cartel con la carta. Aprovecho para comentar que es un detalle que deberían tener en cuenta los restaurantes, en general. Poner en la entrada, a la vista, lo que uno va a encontrarse dentro. Así uno termina de decidir si entrar o no. A pesar de que, como acabo de comentar, soy algo reticente a los sitios donde se prepara "casi" de todo, y aquí la carta era bastante diversa, el sitio nos pareció acogedor, y como nos gustaron alguno de los platos, nos decidimos a entrar. Sólo había una mesa, era un Domingo muy tranquilo en los restaurantes de la zona, se veían todos con poca gente excepto "El Tinglado", donde había bastante jaleo.

Como decía, el sitio es muy acogedor, decorado con mucha madera, luminoso, gracias a los grandes ventanales que, no sé bien la razón, cubrían con grandes cortinas, que no dejaban apreciar las vistas, pero vestían muy bien al comedor. En otra zona, las cortinas son gruesas, opacas, de un llamativo color entre naranja y amarillo, y le confieren a la zona mayor intimidad. La carta, mejor que detallarla, como es tan amplia (hay numerados hasta 78 platos, mas los postres), y estaba bien clara a la entrada, les pongo la foto aquí. Además tienen platos fuera de carta. Como ven, bastantes platos.

Nosotros empezamos pidiendo una ensaladilla, que estaba buena; Un plato de escaldón que estaba regular, y al que para acompañar nos pusieron en la mesa dos botes de plástico con los ¿mojos?, tal que si fueran la guasacaca y el mojo de las arepas (a lo mejor lo eran). Llámenme tiquismiquis, pero un mojo en ése recipiente no es de recibo. Será mojo, pero también es vino el que se sirve en vaso plástico, y no he visto ningún restaurante (ni guachinche) donde se sirva así. Pedimos también unos boquerones rebozados, muy buena pinta y poco sabor; Lo mejor, las chistorras, con ésa cebollita por encima, estaban muy sabrosas, quizá las mejores que he probado, por lo diferentes; Al Bacalao encebollado le faltaba algo de sabor, aunque no estaba malo; y terminamos con unas chuletas con papas fritas. Estaba buena, pero no es la chuleta que uno espera encontrar en un restaurante en el Norte. De postre pedimos una especie de mousse de fresa, que estaba muy rico, y helados. Nos bebimos una cuartita de vino y unos cuantos refrescos. La cuenta fué de 54 euros justos. No es caro para lo que pedimos, pero me llevé una pequeña decepción con la comida. Y es una pena, porque el sitio está muy bien, y la atención fue excelente, muy amable. De ahí mi reflexión inicial.


Dirección: Carretera Provincial 108. Cuesta de la Villa
(SANTA ÚRSULA) Teléfono: 922-300 971