miércoles, 30 de diciembre de 2009

La Casona del Vino

"El momento elegido por el azar vale siempre más que el momento elegido por nosotros mismos", dice un proverbio chino. Además de que quede chulo en un artículo citar frases célebres, el dicho viene al pelo para ésta ocasión.

Si habré pasado veces yo por ésa carretera y nunca había reparado en éste restaurante, y el otro día, que iba con la familia con destino a Barranco Hondo a ver si dábamos con algún sitio donde nos apeteciera echarnos algo, un despiste al tomar un cruce, equivoco el camino y, buscando donde dar la vuelta, nos lo cruzamos, con su pizarrita por fuera y algunos coches aparcados en el arcén de enfrente. Nos picó la curiosidad y paramos a verlo.

El restaurante, como su nombre indica, es una antigua casona que, por lo visto, antes era una bodega, y la han reconvertido, con un comedor alargado en el que hay unas cuantas mesas, quizá un poco juntas para mi gusto, junto a una pequeña barra hecha con bloques tipo cantos blancos del sur. En un cuarto contiguo hay otras 4 mesas donde se puede estar con mayor privacidad. Hacia allí fuimos ya que el comedor principal estaba lleno.

Me llamó la atención el aroma a canela que impregnaba todo el restaurante. No se si está hecho a propósito o se habían pasado ése día con la especia, pero daba un toque agradable a la estancia, y además, ¿no dicen que la canela tiene propiedades afrodisíacas?.

Tienen una carta bastante amplia, la verdad, con algunos platos del día en una pizarra en el exterior. Destaco entre otros Pulpo, Arroz caldoso, Fideuá, Montaditos de batata con almogrote, Zarangollo (verduras, cebolla y patata), Ensaladas normal o tibia, Bacalao, Pimientos de padrón... Nosotros pedimos unos montaditos de queso Idiazábal riquísimos y muy bien presentados, Ropa vieja ( que estaba buena, pero parecía más unas garbanzas con carne de puchero ), Escaldón y Fricasse de pollo (riquísima, pechugas de pollo troceadas con una salsa con nata que "sopeteamos" toda). No pedimos postre, solo cafés.

Todos los platos que vi pasar tenian una pinta estupenda, y muy bien presentados, el servicio bastante rápido pese a estar casi lleno y sólo vi a dos personas atendiendo las mesas, y aquí viene el único punto negativo: la persona que nos atendía, con perdón, sabía tanto del restaurante como yo. No se si era un extra o estaba empezando, pero no supo decirnos qué tenía la ensalada tibia, o el Fricassé de pollo... a cada pregunta nuestra se quedaba en blanco e iba en busca del compañero que nos lo explicaba. Al final daba apuro preguntarle algo más para no meterla en más compromisos. Un pequeño detalle a mejorar, salvo que fuera algo puntual de ése día.

En resumen, un sitio recomendable encontrado por casualidad donde se come muy bien a precios normales, lo que pedimos mas unos cuatro o cinco refrescos y agua nos salió en total por unos 35€. Lo más fácil para llegar es entrar por el desvío de la autopista en las Caletillas, subir hasta la general y girar a la izquierda en dirección Candelaria.
Dirección: Carretera general del sur, 44 Candelaria.
Tel: 922-500 095
Web: http://www.lacasonadelvino.com/

domingo, 27 de diciembre de 2009

Tasca La Carambola


Hace ya tiempo que estuve aquí, pero ahora que estoy reflejando en éste blog los sitios a los que voy, traeré algunos que en mi opinión merecen estar aquí y que aún estén frescos en mi memoria, para que el que no lo conozca lo visite. La verdad es que es un sitio al que me gustaría volver algún día, cuando tenga paciencia para ello, porque cuando fuí me hubiera sido más fácil coger sitio en El Bulli del maestro Adriá. ¡Tremenda odisea para poder entrar a comer!.

Había oido y leido bastante sobre la excelencia de la tortilla que preparaban aquí, con mojo y gofio espolvoreado por encima, así que, noveleros que somos en mi familia, un día decidimos irnos al Sauzal a probarla. Domingo de mañanita, preparados, salimos a dar una vuelta y, llegando la hora de comer, enfilamos rumbo al restaurante. Al llegar allí ¡Cerrado!, ¡un Domingo!. Pues sí, cerraban los Domingos. Día perdido, nos fuimos a otro lado.

Al poco tiempo, segundo intento. Viernes a las 9 de la noche después del trabajo, hoy vamos a probar la tortilla. A la hora que llegamos, que normalmente es cuando se empieza a entrar a comer, nos encontramos el restaurante a tope, incluidas unas pequeñas mesas a la entrada para picotear. Preguntamos en la barra y ¡hasta hora y media o más no había mesa libre! (Claro. Entraron todos a la vez y no había empezado a comer nadie). Nos volvimos a ir a otro sitio maldiciendo la dichosa tortillita y jurando no volver más, dos viajes al Sauzal para nada.

Pero pasado el tiempo, y con una mezcla de tentación por probarla y de orgullo de "esta vez cojo mesa por mis narices", decidimos ir y nos plantamos allí un sábado desde las doce o así, sentados en el coche atentos a que abrieran la puerta para abalanzarnos a una mesa. Noté que en la mayoría de coches aparcados en ésa pequeña calle donde está el restaurante, estaban sus ocupantes dentro, como nosotros, esperando, y nos miraron como en cualquier cola como diciendo "estoy antes que tú, eres el ultimo". ¡que locura por una tortilla, como tendrá que estar!.

Para no extenderme más, ésta vez sí pudimos entrar, y por fin pudimos probar la tortillita de marras. Con las expectativas tan altas que tenía, ya no me pareció tan maravillosa, aunque estaba muy buena. También tengo que decir que el sitio está muy bien, pequeño, por éso las colas, acogedor, familiar, donde, aparte de la tortilla con gofio y de otras variedades, se pueden picotear unos platos muy buenos, como la ensalada de la casa, con queso y jamón, muy abundante, o unas papas a la carambola, servidas en una cazuela de barro con una bechamel, gratinadas, y por dentro muy sabrosas, montaditos de bacalao, etc.. Todo está muy bueno y en platos bien colmaditos. Además se come bastante barato, sobre 12/14€ por persona con refrescos y agua. La verdad es que ahora recordándolo me están entrando ganas de volver. No vayan como yo, tomen nota del teléfono para que les digan los horarios de apertura, pues son un poco especiales, y madruguen.

Dirección: Calle Macetas, 8. El Sauzal. Teléfono 922-570 891

viernes, 18 de diciembre de 2009

Bodegón Campestre

Escribo una nota de éste restaurante teniendo la impresión de que no necesito explicar mucho porque todo el mundo lo conoce, éste sitio es un clásico de la gastronomía de la isla, pero parece que todavía no se acostumbra uno a la universalidad de la red y que se puede acceder a ésta página desde cualquier punto del orbe, y aún así habrá gente en Tenerife que no lo conozca o no haya ido nunca. Lo siento, pero si se llevan por lo que ponga aquí a lo mejor no se le pondrán los dientes largos.

Es curioso que, creo que he ido a comer aquí tres veces en mi vida, y muy espaciado en el tiempo además (la última fué hace por lo menos diez o doce años) y nunca he pagado, han sido invitaciones o comidas de empresa. Este ha sido el caso de ahora, hemos ido de cena de empresa hace unos días.

La primera impresión al entrar es de que el sitio ha perdido algo de chispa: del barullo que yo recordaba, trasiego de gente, camareros a la carrera por las dos plantas del local, a un sitio más bien apagado, hasta demasiado silencioso me pareció ( y yo soy de los que busco tranquilidad para comer, pero no tanta), el comedor de abajo estaba completo pero el acceso al comedor superior estaba cerrado. Supongo que la crisis toca en todas las puertas, y vaya también en descargo a lo mejor que era martes por la noche y no es día de mucha afluencia. Del resto, no ha cambiado nada de lo que recordaba: la decoración con ésos utiles de labranza en la pared, sobre los cuales tuvimos que colgar los abrigos y bolsos, se echan de menos unas perchas, y no piensen "¿por que no los colgaron del respaldo de las sillas?" porque les explico: lo que ya hace diez o doce años me pareció un poco incómodo, hoy con todos ésos años y bastantes kilos de más, se me tornaba casi insoportable: las mesas son largas y estrechas, de madera tipo rústico, al igual que los platos, y para sentarse lo que hay son unos taburetes también rústicos, pero la mar de incómodos: al llenarse la mesa de platos, se hace difícil el acceso a la comida, y no poder apoyar la espalda, si estás mucho tiempo comiendo, fastidia bastante. Pero bueno, así lleva mas de 30 años abierto sin problemas, será que soy un quejica.

La comida en sí, allí se va a comer carne. Si tengo que decir que es uno de los mejores sitios de la isla donde la he comido. Lo típico es pedir una ensalada (servida en un gran bol con unos aguacates gigantescos), salchichas, chistorras, morcillas etc... para picar, y luego, carne a la brasa: chuleta o bistec de cerdo o ternera, pollo, secreto ibérico... acompañado de papas arrugadas o fritas. El servicio es tan rápido que se te juntan muchos platos en la estrecha mesa, tuvimos que frenar un poco al camarero. De beber ( ésta vez si ), se pidió vino y refrescos. Luego unos trozos de tarta y cafés.

Al no tener que pagar, no sé exactamente lo que nos costó, pero no es un sitio muy barato, por los cálculos que hice, sobre 20/25€ por persona. ¿Vale la pena todo lo anterior por probar una carne muy buena?. Probablemente si. Yo esperaré a que alguien me vuelva a invitar.


Dirección: Ctra. Gral. de las Cañadas km 7.5, La Esperanza. Tel: 922 297 465

jueves, 17 de diciembre de 2009

Restaurante Ramiro




Otro de ésos muchos sitios entre guachinche y restaurante de la isla, donde hicimos un alto hace poco para picotear algo.

Está en la Carretera de Las Mercedes, carretera por cierto jalonada de bares y restaurantes de éste tipo. Es una casa pequeña con mesas en las distintas "habitaciones" y con un garaje anexo donde han hecho el comedor principal. Tienen (dicen) buen vino y allí picamos unas garbanzas muy ricas, carne con papas, queso fresco y un conejo frito adobado muy bueno. También vi sirviendo unos platos de bacalao con muy buena pinta. La verdad es que queda corto el comentario porque fué un alto rápido ya que llevábamos un poco de prisa, y era sólo para reponer fuerzas, de hecho no llevaba cámara y la foto está sacada días después que estaba cerrado, pero lo anoto aquí porque me pareció un sitio acogedor, con unos platos muy buenos, un buen servicio, y barato, 7/8€ por persona lo que pedimos con unos refrescos. Otro día iré con más calma, pero aquí lo reflejo para el que quiera probar.

Dirección: Carretera de las Mercedes 159. Teléfono 922-268 514

domingo, 13 de diciembre de 2009

El Tinglado

Hace años, cuando por cuestiones de trabajo pasaba por ésta zona, había en éste sitio una casa de comidas, no recuerdo el nombre, donde me mandaba unos potajes y unos bistecs con papas que le dejaban a uno el cuerpo arreglado para seguir. Pasando el otro día por allí vi que el local estaba cerrado, pero la pequeña verja que daba al jardín estaba abierta y vislumbré unas mesas y una pizarra con los platos del día. Me fijé en el pequeño letrero con el nuevo nombre y, como me picó la curiosidad, paramos y entramos.

Al entrar nos encontramos con un sitio inclasificable, que hacía honor a su nombre: En lo que parecía una barbacoa en el jardín, de ésas que salen en las películas americanas, pero en pequeño, han puesto unas cuantas mesas y unas sombrillas en la pequeña terraza con jardín anexa a la casa, y al fondo una especie de chiringuito-cocina con todo a la vista, donde destacaba el cocinero, afanándose a la vista de todos en la preparación de los platos, cocinero que iba impecablemente uniformado, con gorro "toque blanche" incluido, como en los mejores restaurantes. Por otra parte, en una pequeña estancia ya en el interior de la casa, habilitaron unas cuantas mesas al más puro estilo guachinche. Así, todo mezclado.

Nada más lejos de mi intención que lo contado en el párrafo anterior se interprete como una crítica negativa, que no lo es, sólo es un reflejo de los contrastes que percibí al entrar, y la imagen, más bien curiosa, del sitio. En su conjunto parecía un sitio diferente, agradable y tranquilo, y con el día tan bueno que hacía, apetecía sentarse al aire libre a tomar algo, cosa que no pudimos hacer porque estaba todo ocupado. Nos sentamos dentro.

Y estaba todo ocupado porque allí se come realmente bien. El cocinero, sólo en su pequeña cocina, controlaba todo sin dificultad, y sacaba los platos con bastante rapidez, algunos con una presentación acorde con su uniforme. Dentro de la carta de ése día en la pizarra podías pedir desde un queso a la plancha a unos huevos estampados o unas fabes con almejas.

Nosotros pedimos queso asado, garbanzas, carne fiesta, pulpo guisado y unas riquísimas fabes con almejas. Todo estaba muy bueno, el queso decorado con un toque de miel, la carne muy tierna y sabrosa, y el pulpo en su punto, con sus papitas arrugadas. De postre un buen quesillo, y con varios refrescos nos salió por unos 35€. No pedimos café ni tampoco vi cafetera allí, a lo mejor lo hacen con cafetera casera, el camarero andaba liado y no le pregunté.

Vale la pena probarlo. Para llegar: Cogemos la autopista (en mi caso dirección S.C.- Norte) y la dejamos en la salida 31 Cuesta de la Villa - La Orotava. Subimos hasta la carretera provincial y allí giramos a la derecha en dirección La Orotava. A pocos metros vemos en el lado izquierdo de la carretera una casa terrera blanca con puertas verdes y porche del color de las tejas.

Dirección: Ctra. Gral. 179. Cuesta de la Villa (SANTA ÚRSULA). Teléfono: 922-300 111

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Restaurante Chino China Town



En una reseña anterior, donde conté mi mala experiencia en el Restaurante chino Xin Xin, dije que otro día iba a recomendar un chino donde se comía muy bien. Éste es el restaurante China Town en Tacoronte.

Está situado en la misma carretera general, si vamos sentido al Sauzal es antes de llegar a la estación, junto a Muebles La Paz.

No voy a descubrir nada nuevo en cuanto a platos se refiere, pues sabemos que todos los chinos tienen prácticamente lo mismo. Si es verdad que en éste, aparte de la carta, te dan otra pequeña con las especialidades, con unos nombres que no recuerdo ahora, he pedido alguna y están realmente buenas.

¿Que destacar entonces de éste restaurante?. En primer lugar, el aspecto interior. Sin ser un restaurante de lujo, uno entra en el comedor, no muy grande, y lo encuentra bien decorado, acogedor y limpio, con las camareras uniformadas, y todo da la sensación de limpieza.

Entrando en lo que es la comida, resaltar que los platos vienen bien colmaditos, así que no hay que pasarse pidiendo. La ensalada china es la mejor que he probado, y, de todos los consabidos platos de los que dispone la carta de cualquier restaurante chino, de lo que he comido destaco unos rollitos de primavera muy tiernos y bien rellenos, un arroz thailandes parecido al tres delicias pero con un sabor diferente, el pollo cantonés muy rico, el clásico cerdo agridulce y el Kubak de gambas (arroz crujiente con salsa de gambas servido en plato caliente).

En definitiva, un chino como habrá muchos, donde se come muy bien y sale uno satisfecho por menos de 10€ por persona, que reflejo aquí como contrapunto al mencionado xin xin.

Dirección: Ctra. Gral del Norte 61, Tacoronte. Tel. 922-560 078