viernes, 18 de diciembre de 2009

Bodegón Campestre

Escribo una nota de éste restaurante teniendo la impresión de que no necesito explicar mucho porque todo el mundo lo conoce, éste sitio es un clásico de la gastronomía de la isla, pero parece que todavía no se acostumbra uno a la universalidad de la red y que se puede acceder a ésta página desde cualquier punto del orbe, y aún así habrá gente en Tenerife que no lo conozca o no haya ido nunca. Lo siento, pero si se llevan por lo que ponga aquí a lo mejor no se le pondrán los dientes largos.

Es curioso que, creo que he ido a comer aquí tres veces en mi vida, y muy espaciado en el tiempo además (la última fué hace por lo menos diez o doce años) y nunca he pagado, han sido invitaciones o comidas de empresa. Este ha sido el caso de ahora, hemos ido de cena de empresa hace unos días.

La primera impresión al entrar es de que el sitio ha perdido algo de chispa: del barullo que yo recordaba, trasiego de gente, camareros a la carrera por las dos plantas del local, a un sitio más bien apagado, hasta demasiado silencioso me pareció ( y yo soy de los que busco tranquilidad para comer, pero no tanta), el comedor de abajo estaba completo pero el acceso al comedor superior estaba cerrado. Supongo que la crisis toca en todas las puertas, y vaya también en descargo a lo mejor que era martes por la noche y no es día de mucha afluencia. Del resto, no ha cambiado nada de lo que recordaba: la decoración con ésos utiles de labranza en la pared, sobre los cuales tuvimos que colgar los abrigos y bolsos, se echan de menos unas perchas, y no piensen "¿por que no los colgaron del respaldo de las sillas?" porque les explico: lo que ya hace diez o doce años me pareció un poco incómodo, hoy con todos ésos años y bastantes kilos de más, se me tornaba casi insoportable: las mesas son largas y estrechas, de madera tipo rústico, al igual que los platos, y para sentarse lo que hay son unos taburetes también rústicos, pero la mar de incómodos: al llenarse la mesa de platos, se hace difícil el acceso a la comida, y no poder apoyar la espalda, si estás mucho tiempo comiendo, fastidia bastante. Pero bueno, así lleva mas de 30 años abierto sin problemas, será que soy un quejica.

La comida en sí, allí se va a comer carne. Si tengo que decir que es uno de los mejores sitios de la isla donde la he comido. Lo típico es pedir una ensalada (servida en un gran bol con unos aguacates gigantescos), salchichas, chistorras, morcillas etc... para picar, y luego, carne a la brasa: chuleta o bistec de cerdo o ternera, pollo, secreto ibérico... acompañado de papas arrugadas o fritas. El servicio es tan rápido que se te juntan muchos platos en la estrecha mesa, tuvimos que frenar un poco al camarero. De beber ( ésta vez si ), se pidió vino y refrescos. Luego unos trozos de tarta y cafés.

Al no tener que pagar, no sé exactamente lo que nos costó, pero no es un sitio muy barato, por los cálculos que hice, sobre 20/25€ por persona. ¿Vale la pena todo lo anterior por probar una carne muy buena?. Probablemente si. Yo esperaré a que alguien me vuelva a invitar.


Dirección: Ctra. Gral. de las Cañadas km 7.5, La Esperanza. Tel: 922 297 465

2 comentarios:

  1. Buenas carnes, pero con algunos aspectos negativos. No tiene carta donde figuren los precios. Los mojos son meras espacias con vinagre. El pan es duro y frío, las papas llenas de aceite, crudas y blandas y el plato es un trozo de madera, bastante asqueroso y poco higiénico. Algún joven camarero carente de buen trato y maneras, quiere hacerse el simpático pero resulta confianzudo. No puedes sentarte donde quieres, aunque esté libre. Te dicen que aunque esté vacío el local tienes que compartir mesa con extraños y MUCHO OJO, con el peso de las carnes. Según ellos, una pareja (hombre-mujer), se puede cenar muy facilmente 1 kg y 100 gr en dos "mini" filetes de secreto ibérico. Por tanto, MUCHO OJO, o preparaos para un robo a mano armada. Por supuesto pedimos la hoja de reclamaciones, pese al enfado del dueño, y la cumplimentamos para entregarla en consumo. BASTA YA!!! de tanto robo, somos canarios pero no idiotas.

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  2. Buscando en google la dirección de otro buen restaurante de la zona (Restaurante Las Rosas), encontré tu página. Y echando un vistazo me topé con este artículo, el cual no he podido resistirme a comentar.

    Tienes toda la razón, probablemente será el restaurante de carnes a la brasa más conocido de la isla. Y , a mi parecer, tiene una buena fama ganada a pulso, pues, para mi gusto, no se come mejor carne en Tenerife. Sin embargo, me gustaría comentar algunos de los aspectos que mencionas, pues conozco bastante este restaurante.

    No hay percheros porque, al querer darle un aspecto rústico, los mismos útiles de labranza son los percheros. Y sí, estoy contigo en que a veces las mesas pueden resultar algo estrechas a la hora de comer, puede haber mucho plato sobre la mesa. Además, el taburete también resulta incómodo cuando pasas mucho tiempo haciendo sobremesa. Los fines de semana siguen apareciendo las largas colas en la puerta, así que recomiendo que, si se quiere almorzar a una hora prudente no vayan muy tarde.

    Sin embargo, no puedo estar más en desacuerdo con el otro comentario del artículo. Como antes mencionaba, conozco bastante bien este restaurante, hace años que celebramos allí los cumpleaños de mi familia. Me gustaría explicar algunas cosas, puesto que a todos nos ha pasado vivir alguna mala experiencia en cualquier sitio, pero por ello no quiere decir que sea un mal lugar para comer.

    Hay gente que pagaría por llevarse ese mojo a casa, lo piden por encargo (nosotros siempre nos llevamos algún bote a casa). Aunque entiendo perfectamente que pueda no gustarte, lo del vinagre no sé de dónde lo sacaste, porque creo que ese ingrediente no es precisamente el más abundante.

    Es verdad que no te dan carta, pero para eso los precios están bastante bien indicados en la pared del fondo, a la vista de todos. Y sí, la carne se paga al peso, no por plato. Por eso siempre es bueno pedir consejo al camarero, que si es alguno de los de "toda la vida" (pocos, por no decir ninguno, de la gente que empieza nueva comienzan trabajando en el comedor salvo para servir bebidas y postres, nunca para tomar nota del pedido).

    Lo de sentarse es verdad, pero sólo los fines de semana y festivo, que van dando número por orden de llegada. Todo tiene un motivo. Como es lógico, no van a sentar a una pareja en una mesa para 8 personas, salvo que, y tras consultarles, no les importe compartir el otro extremo de la mesa. Por tanto, van llamando por número según el número de comensales.

    Lo de las tablas es una tradición del local y potencian el sabor de las carnes, y, además, no son nada antihiéginicas. Ese problema tiene una solución muy sencilla: con pedir un plato normal es suficiente. En dicho restaurante el control sanitario y de calidad es exhaustivo y todas las semanas se realizan controles y análisis. Si los clientes vieran todo lo que hay detrás de la barra, cómo son los depósitos, zonas de refrigeración y demás, les aseguro que se asombrarían de todos los cuidados que se tiene y que, muy probablemente, muchos otros restaurantes no lo cumplan.

    Más de una vez nos hemos encontrado compartiendo mesa con personas que resultan ser bastante desagradables con el personal del restaurante. Es un sitio en el que se trabaja de una manera distinta a otros lugares, por lo que, entiendo que si no sabemos cómo pedir o qué pedir, lo mejor es consultar con el camarero o encargado. Dos "mini filetes" de ibérico pueden pesar eso dependiendo de su grosor. Llevo más de 20 años yendo allí, recomendándolo a amigos, familiares y conocidos que vienen de fuera y NUNCA han tenido ningún problema de ese tipo.

    Lo que sí sugiero es que, si eres de buen comer, preguntes siempre al camarero, que siempre pueden poner una cantidad menor de carne o un trozo más pequeño (lógicamente será menor el peso).

    Por último, y ya lo dejo como curiosidad, tanto el dueño como un 80-85% del personal son canarios, y algunos de ellos llevan allí 25 años o más.

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